Los necturos, cachorros del fango o perritos de agua, son uno de las pocas salamandras que hacen ruido. Deben su nombre a la noción un tanto embellecida de que sus vocalizaciones chirriantes suenan como el ladrido de un perro.
Estando entre las mayores salamandras, los necturos pueden exceder las 16 pulgadas (41 centímetros) de longitud, aunque la media es más de 11 pulgadas (28 centímetros). Su distribución se extiende desde el sur de Canadá central, a través del medio oeste de Estados Unidos, al este de Carolina del Norte y del Sur a Georgia y Mississippi.
Los perritos de agua viven en el fondo de lagos, lagunas, ríos y arroyos, y nunca salen del agua. Ellos se esconden en la vegetación y bajo piedras y troncos, y emergen por la noche para alimentarse de cualquier presa que puedan atrapar, incluyendo cangrejos, gusanos y caracoles.
Los necturos son fácilmente distinguibles por sus branquias externas y rojas, que les crecen como larvas y nunca las pierden. Tienen cabezas y colas planas, anchas y gruesas, y patas con cuatro dedos. Sus cuerpos son de color gris o marrón grisáceo, con manchas de color azul-negro.
Las hembras ponen grandes puestas de huevos que conservan hasta que nacen, un rasgo único entre las salamandras.
Los necturos son comunes en toda su área y no tienen ningún estatuto especial de conservación. Sin embargo, la pérdida de hábitat y la contaminación está ejerciendo presión sobre algunas poblaciones locales.
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